Carbonitruración

La carbonitruración busca un endurecimiento superficial del acero mediante el enriquecimiento simultáneo con nitrógeno y carbono.

Se realiza con aceros de bajo contenido al carbono (tenaces y resistentes a la fatiga) obteniendo así piezas con superficies de una elevada dureza y resistencia al desgaste, pero que a su vez conservan un núcleo tenaz.

Se consiguen así las dos zonas de diferentes características que se deseaban, ya que gracias al proceso previo de carbonitruración se combinan las ventajas del temple, que proporciona dureza pero a la vez fragilidad, con las ventajas de conservar un núcleo dúctil y tenaz.

En cuanto a los periodos de tiempo del proceso, estos son más cortos que en el caso de la cementación, ya que se buscan capas más delgadas: entre 0,1 y 0,6 mm de espesor, frente a las capas habituales en la cementación que suelen superar el mm.

donde: X: espesor de la capa expresada en mm T: temperatura del tratamiento en Kelvin t: tiempo del tratamiento en horas Las principales ventajas aportadas por el nitrógeno son: En cuanto a sus inconvenientes, el nitrógeno estabiliza la austenita dificultando su paso a martensita.

Un horno controlado por ordenador para la carbonitruración del acero