La vida social karajá se basa en la familia extensa integrada por las hijas, yernos e hijos solteros, de manera que el esposo pasa a residir en la casa de su esposa después del matrimonio (práctica conocida por la antropología como uxorilocalidad).
Las hilera de casas, la plaza y la casa de los hombres determinan espacios análogos a los tres mundos y los tres grupos regionales karajá también representan la trilogía.
El calendario ritual de los Karajá tiene un punto culminante con la creciente del río tinguiririca (entre diciembre y febrero).
Puede ser dividido en dos grandes ciclos rituales, el Hetôhokã o Fiesta de la Casa Grande, cuando se admitirá los muchachos en la casa de los hombres y a sus danzas; y el Idjassó Anarakã, o Danza de los Aruanas, que los pone en contacto con los seres espirituales que pueblan el cosmos.
Además capturan aves (guacamayos, espátulas y cigüeñas) para proveerse de plumas.