La cubierta cervical proporciona una barrera para impedir la entrada de los espermatozoides al útero, y así previene la fertilización.
La cubierta cervical tiene una efectividad del 84% al 91% para las mujeres que nunca han dado a luz.
Es del 68% al 74% efectivo para las mujeres que sí han dado a luz.
La cubierta cervical ofrece protección limitada contra infecciones de transmisión sexual.
El capuchón no es muy utilizado debido a que su colocación es difícil y poco práctica.