Fue en esta etapa, en junio o julio, que Bonet recorrió la obra por última vez.
Las 2900 piezas violetas, verdes y ocre naranja fueron compradas en Barcelona y es probable que hayan sido colocadas recién en 1966 Obra del arquitecto Antoni Bonet, la capilla está concebida como dos volúmenes triangulares que se unen en forma de cruz latina.
[4] Cuando lo entrevistaron en 1978 Bonet afirmaba que en Soca había deseado crear un espacio imaginativo, una cristalera gótica donde el color envolviera enteramente al hombre.
No vio el resultado pero ciertamente obtuvo el impacto buscado, ya que el interior presenta indudables referencias medievales.
La luz se descompone por efecto de los cristales polícromos generando impresiones variables sobre la tracería estructural, recordando no tan lejanamente al tardío gótico flamígero.