Canto yo y la montaña baila

[4]​ Es una obra polifónica donde la voz narrativa es cedida a personajes animados e inanimados: toman la palabra nubes, mujeres de agua, setas, personas vivas, personas muertas, un corzo, una perra e incluso la misma montaña.[5]​ Los acontecimientos tienen lugar en Los Pirineos, entre Camprodon y Prats de Molló, un territorio con valor histórico para la cultura catalana.[6]​ Su estructura sale del canon, pues aunque pareciera desorganizada, tiende a imitar la tradición oral.[7]​Como si fueran los puntos de un telar, los capítulos van dando forma a una figura total, la historia de una familia que no solo está integrada por personas, sino también por animales domésticos y salvajes.Hay algo fuera del tiempo que la escritura de Solá –que escribe en catalán y fue vertida al español, no por ella misma, sino por la traductora Concha Cardeñoso– refuerza en un lenguaje tan bello como inusual: la música de los fraseos se acerca a la poesía.