El ambiente comercial en el que se mueve la televisión alienta a un formato similar y, aunque hay algunas anomalías principalmente debidas a errores técnicos o de producción, no se conoce el programa que no tenga algún tipo de cabecera habitual que le identifique.
El acompañamiento musical puede ser instrumental o una canción que ayude a situar el tono del programa.
Pequeñas piezas de los personajes principales pueden culminar en un fotograma congelado en el cual se superpone el nombre del actor.
Además puede haber material mostrando el lugar (ciudad, país, edificios o lugares ficticios) donde se desarrolla la serie.
Por lo tanto, algunos programas han mostrado diferentes secuencias y bandas sonoras durante su emisión, mientras que en contraste, los programas que mantienen su popularidad por largo tiempo han mantenido sus secuencias de apertura durante décadas con solo pequeñas variaciones.
Otras variaciones incluyen cambiar solo la banda sonora pero manteniendo las mismas imágenes o viceversa.
[3] El profesor Layton y el futuro perdido tuvo su título apareciendo después del gameplay que se desempeñaba como preámbulo para la historia.