[1] En 1895 la compositora Ana Villamil Ycaza [2]le dio música en ritmo de marcha.
Estos versos, que originalmente habían sido entonados por un coro de niñas.
[4] Su contribución no solo añadió una dimensión emotiva y memorable a la celebración, sino que también aseguró que la historia y el espíritu de aquel momento trascendieran a través de las generaciones.
[7]Francisco Vascones, en su obra "Olmedo y sus obras, un estudio histórico crítico" de ese mismo año, la describe como una pieza breve, compuesta por un coro y tres estrofas.
En el coro, se exhorta a saludar con cantos al amanecer de la libertad.