Desde allí continúa en línea recta, en dirección este, marcando el límite entre las provincias de Salta y Santiago del Estero.
Frente a la toma del canal, el río Salado conduce entre 30 y 50 m² por segundo, y potencialmente podría trasladar la mayor parte de ese caudal, aunque la falta de mantenimiento conspira contra esa capacidad.
Parte del agua potable de esas localidades es provista por el Ferrocarril General Belgrano, trasladada en cisternas desde Metán, en Salta.
El canal fue abandonado, en varios tramos sus bordes se destruyeron y la vegetación creció en su cauce.
Sucesivos acuerdos entre esa provincia y Santiago del Estero para reconstruir el tramo destruido no han logrado aún plasmarse en obras concretas.