Fue creado en sus orígenes para traer agua potable a la capital.
En 1802, el gobierno de Napoleón Bonaparte decidió remediar aquella situación y retomar el antiguo proyecto de canalización del río Ourcq.
[3] Tras su edad de oro durante el siglo XIX y hasta mediados del siglo XX, cuando además de aportar agua potable a la ciudad su navegación permitía transportar mercancías, hasta el mismo corazón de París, desde la década de 1960 se empezó a producir un descenso del tráfico que lo recorría en beneficio del transporte por carretera y del ferrocarril.
Eso llevó al paulatino cierre de las industrias y talleres que bordeaban la construcción.
Ocasionalmente se sigue usando para el transporte de mercancías.