Este proceso fue revolucionario en aquella época, ya que entonces, los bourbons y whiskys se envejecían durante menos de un año.
En 1890 la palabra “Canadian” se incorpora en la parte inferior de la botella, añadiéndola al nombre del whisky.
No fue hasta que el gobierno estadounidense introdujo la ley “Bottled in bond” en 1894 que la población de Estados Unidos comenzó realmente a consumir Canadian Club.
Hiram Walker & Sons fue el único destilador norteamericano que ha recibido una autorización real.
Canadian Club sigue produciéndose en la misma destilería bajo contrato con sus propietarios franceses Pernod Ricard.
La botella del monte Kilimanjaro no fue descubierta hasta 1970 por un periodista holandés que pasó sobre ella.