El empresario y propietario de la panadería Can Frasquet, Josep Casasayas Casajuana, encargó el diseño a los arquitectos Francesc Roca Simó y Guillem Reynés Font.
[2] Inicialmente, el proyecto fue pensado para destinar una pensión, pero finalmente se convirtió en un edificio residencial.
Los dos edificios están separados por la Calle Santacilia y en su diseño inicial se planteó unirlos mediante un paso en altura.
Encontramos pilares en las fachadas y en los huecos de las escaleras.
Los elementos decorativos son escasos, encontramos helechos, acantos y mariposas.