Las liguillas por el campeonato y por el descenso se jugaron en una única ronda, y los resultados de ésta fueron agregados a los de la primera etapa, para dirimir al equipo campeón del torneo.
El Campeón Universitario tuvo un comienzo irregular con derrotas impensadas, hasta que llegó la décima fecha y a partir de entonces no perdió en 36 jornadas consecutivas, incluidos cuatro partidos de la liguilla final.
Este récord (todavía vigente) les permitió a los cremas lograr un campeonato brillante.
Ni el hecho de haber jugado con suplentes cuando ya la "U" era campeón (en la liguilla, pues se acumulaba el puntaje de todo el año) le quitó brillo al título.
Los seis primeros equipos iban clasificados al Grupo final por el campeonato.