Afirmaba que, con sustanciales refuerzos, se podrían lanzar varias ofensivas, incluyendo el envío de 10.000 hombres Hudson arriba para tomar Albany.
Carleton fue muy criticado en Londres por no aprovechar la retirada americana de Quebec, decisión que desagradó profundamente a Germain.
Ambas expediciones convergerían en Albany, donde enlazarían con las tropas de Howe, que habrían remontado el Hudson.
[18] Esto dio lugar a otro de los enfrentamientos internos habituales en el bando británico durante la guerra.
Vegennes no consideraba entrar abiertamente en guerra hasta que los rebeledes demostraran ser capaces de lograr victorias militares por sí mismos.
Leger para su expedición por el valle del Mohawk, y en torno a 3.500 permanecieron en Quebec para proteger la provincia.
[29] Burgoyne también había contado con 1000 indios para apoyar la expedición, pero solo 500 se unieron a los británicos entre Montreal y Crown Point.
Sólo a principios de junio Carleton dio las órdenes pertinentes para conseguir los carros suficientes para mover al ejército.
Sus regulares estaban organizados en un cuerpo de vanguardia dirigido por el Brigadier General Simon Fraser y dos divisiones.
La mayoría de estos hombres se hallaban en buena condición pero algunos, especialmente algunos Dragones alemanes, estaban mal equipados para la lucha en los territorios por los que cruzarían.
[42] La rendición sin oposición del supuestamente inexpugnable fuerte causó una profunda conmoción en el público y en la clase política.
Clair solicitó el apoyo de los estados para la milicia y logró que una gran parte del ganado y suministros de la zona fueran enviados al Fuerte Edwuard, a orillas del Hudson, donde se reagruparía el ejército.
La diplomacia británica incrementó su presión sobre franceses y españoles, exigiendo el cierre de sus puertos al tráfico americano.
[54] Schuyler empleó también tácticas de tierra quemada para evitar que los británicos pudieran aprovisionarse durante la marcha.
Durante el combate en Oriskany, los americanos sitiados intentaron hacer una salida y asaltaron un cercano campamento indio.
[63] Estos aliados se impacientaban e iniciaban ataques indiscriminados contra los colonos asentados en las fronteras, lo que redujo el apoyo local.
Schuyler partió hacia Filadelfia poco después, privando a Gates de sus conocimientos del terreno.
Situó a Arnold, con el que tenía buena relación, al mando del ala izquierda, las defensas occidentales de Bemis Heights.
Tras la discusión, Arnold escribió una carta a Gates resaltando sus diferencias y solicitando ser transferido bajo el mando de George Washington.
Exigieron la rendición del fuerte sin conseguirlo y durante los siguientes cuatro días se produjo un intercambio de cañonazos con poco efecto.
Burgoyne y Fraser encabezaron el destacamento a primera hora de la tarde del día 7.
Sus movimientos fueron detectados y Gates ordenó a los hombres de Daniel Morgan que tomaran posiciones.
Arnold consideró insuficiente esta orden y solicitó más efectivos, pero Gates, irritado con la réplica, le despidió diciendo "Estos no son tus asuntos.
[115] Arnold, frustrado por no poder intervenir en la batalla, galopó desde el campamento americano para meterse en la refriega y llevó la lucha hasta las posiciones británicas.
Arnold reunió sus tropas para atacar en primer lugar el emplazamiento de Balcarres, aunque sin éxito.
Tardó casi dos días en alcanzar Saratoga en un viaje en el cual la pesada lluvia y los ataques británicos ralentizaron la marcha del ejército.
Sin embargo, Gates envió destacamentos para ocupar posiciones en la ribera este del Hudson para evitar que se cruzara el río.
[121] En la mañana del día 13, el ejército británico se hallaba totalmente rodeado,[122] por lo que su mando decidió abrir negociaciones.
[126] Burgoyne y Riedesel fueron invitados por el General Schuyler, que había llegado desde Albany para asistir a la rendición.
Lord North hizo una propuesta de paz que no incluía la independencia; cuando fue entregada al Congreso Americano por la Comisión Carlisle fue rechazada.