Cambio fonético «f → h» del español
El fenómeno consiste en que, en ciertas condiciones fonológicas, la f- inicial latina se convirtió en una h- aspirada que luego desapareció en las variedades estándar del español, si bien se conserva su pronunciación para algunas palabras en varios dialectos, sobre todo en buena parte de Andalucía, Extremadura e Hispanoamérica, como en el Español neomexicano.En este artículo se presentan algunos estudios llevados a cabo acerca del fenómeno con sus resultados, así como algunas de las teorías e hipótesis sobre qué motivos han podido intervenir en él.[cita requerida] Por supuesto, también en las palabras prefijadas cuyo segundo elemento empezaba con una F-, esta podía estar en posición intermedia: DE-FENDERE ‘defender’, CON-FUNDERE ‘confundir’, etc. Al ser la única fricativa labial sin pareja alguna (las otras fricativas eran /s/ y /h/, esta última desaparecida del habla hacia el siglo I), este sonido se ajustaba muy inestablemente al sistema consonántico; por consiguiente, quedaba fácilmente sometida a los cambios de la evolución fonética.Como bien se puede ver en los ejemplos, puesto que el cambio ya aparecía esporádicamente en la escritura, pudo llevarse a cabo mucho antes en forma oral.[6] Sin embargo, no se sabe con certeza si esta innovadora realización fónica era la general en todo el territorio castellano.Probablemente ha sido propia solo de las clases sociales más bajas[cita requerida]; es posible que las clases cultas y más conservadoras pronunciasen una [f] o [ɸ] en todas las posiciones, o bien que la aspiración [h] se articulase solo ante vocales velares.[cita requerida] A pesar de todo, no se pueden sacar conclusiones definitivas hasta que esta evolución fonética se consolidara en la escritura puesto que, durante siglos, la aspiración era representada también por el grafema f-[cita requerida].Como se puede ver en lo anteriormente señalado, en el español se generalizó la articulación aspirada con [h] en todas las posiciones prevocálicas: Las palabras prefijadas también han sido sometidas a la evolución, en cuanto los hablantes las percibían como tales: En caso contrario, la -F- intervocálica evolucionó, normalmente, hacia una [β] (representada por v o b en escritura), por analogía de la evolución de las oclusivas sordas originales: Aunque también se producen ejemplos de pérdida.La F- se ha conservado ante consonantes, así como ante la semiconsonante [w] (excepto en Andalucía y en algunas zonas dialectales de Hispanoamérica, donde se pronuncia como una aspirada o una fricativa velar en esta posición); esto último se explica por tener la [w] una articulación labial que podría apoyar a la conservación como tal la articulación de la también labial [ɸ] o [f]: Sin embargo, hay unos pocos ejemplos en los que el grupo FL- pierde la F- inicial (p.Ante esa incertidumbre puede surgir la cuestión de si esta [h] «¿verdaderamente hubiera substituido a la [f]?» (la cual, según Menéndez Pidal, era definitivamente de articulación labiodental y no bilabial) y, por otro lado, «¿es seguro que los vascohablantes no eran capaces de pronunciar la [f] labiodental?» (teniendo en cuenta que en ciertos dialectos del euskera, la que anteriormente era una bilabial fricativa, evolucionó hacia una [f] labiodental en posición intervocálica).Por tanto, si la presencia de una numerosa población vasca hubiera sido un factor tan importante, se podría bien considerar que este debería haber tenido algún efecto en el dialecto romance navarro.Quienes han tratado de explicar el fenómeno con argumentos más generales, como que «también aparece en otros lugares de la Romania», no han tenido en cuenta que la misma evolución fonética puede ser provocada por distintos motivos en distintos territorios.