Los cambios de gabinete son menos frecuentes en los sistemas donde sus miembros no emanan del poder legislativo.
En tales sistemas, hay por lejos una mayor cantidad de candidatos viables para escoger un gabinete.
Los miembros de tales gabinetes son normalmente escogidos en razón de sus cualificaciones personales para dirigir una cartera específica, por lo cual cambiar dichos perfiles a otros ministerios normalmente hace poco sentido.
Por ejemplo, en los Estados Unidos sería muy inusual para un presidente reasignar todos los miembros de su gabinete a nuevas posiciones, especialmente porque deben ser confirmados por el Senado de los Estados Unidos.
Esto puede ser hecho para reflejar nuevas prioridades o por razones de eficiencia.