Es también un refugio en verano para los barcos que navegan por la costa sur menorquina (siempre y cuando no soplen vientos de componente sur-suroeste).
Esta necrópolis estuvo en activo hasta la conquista romana, época en la cual empezó a perder su significación, pero el sentimiento cultural de la cala pervivió tal y como se puede apreciar en las 22 inscripciones romanas en la “Cova dels jurats”, la cual está bastante deteriorada debido a la mala calidad de la piedra donde están hechas las inscripciones.
Con el paso del tiempo, estas cuevas han tenido distintas utilidades, entre ellas la de refugiar a los pescadores.
Aunque antaño los turistas y en particular los barcos no eran bien recibidos, en la actualidad el ambiente es bueno incluso cuando la ocupación es alta.
Fue considerado un santuario del nudismo en Menorca, convirtiéndose en el paraíso de los Nuevos "Hippies".
Aun así, los yates y el nudismo, persisten, aunque a menor escala.