Se le atribuye la invención del fuego griego hacia 670.
El fuego griego permitió a los bizantinos quemar la flota musulmana en Cícico y rechazar el asedio árabe de Constantinopla (sitio de 674-678).
Según Constantino Porfirogénito, Calínico era un refugiado sirio que llegó a Bizancio en época de Constantino IV y compartió su conocimiento del fuego líquido con los bizantinos.
[1][2] La fórmula de Calínico fue guardada celosamente en secreto y todavía se desconoce.
Los ingredientes posibles incluyen resina, asfalto, sulfuro, nafta, cal viva fina y fosfato de calcio.