Se registró en Turquía durante el último periodo del imperio otomano sustituyendo al afamado café turco,[2] y también durante la Primera y la Segunda Guerra Mundial.
[4] El café de garbanzo no contiene cafeína.
Una cantidad media de granos secos se asan en sartén hasta prácticamente chamuscarse.
Se endulza con azúcar y a veces se le agrega una mínima cantidad (menos de una cucharada) de bicarbonato al cazo, lo que contribuye a generar espuma en la bebida.
[5] En la Enciclopedia metódica de Lamarck dice «estos granos, asados hasta ennegrecer, pulverizados y hervidos en agua, imitan muy bien a la bebida de café».