Aunque presentes en varias ciudades del país, se concentran en la capital y más específicamente en la comuna de Santiago centro.Su nombre obedece a que en los primeros locales de este tipo las meseras vestían minifalda, exhibiendo sus piernas.[5][6] Sin embargo, la escena cafetera vería un fuerte impulso en 1990 con la inauguración del café Ikabarú —ubicado en la calle Mac Iver y que presentaba a las mujeres en vestidos cortos y minifaldas—,[7] al que se sumaría en 1994 la cadena Barón Rojo.En una audaz jugada comercial para la época, el dueño de este último (Miguel Ángel Morales) cambió la tradicional minifalda por el bikini, para atraer más clientes, e instaló vidrios polarizados que ofrecieran privacidad, lo cual fue todo un éxito y congregó a numeroso público masculino entre una sociedad que apenas comenzaba a sacudirse las restricciones impuestas durante la dictadura militar.Leiva realizó varias giras por el país hasta su fallecimiento en 2014, como resultado de un accidente automovilístico).El pago por consumir o ser atendido es a través de un cajero, y solo en raras ocasiones la mesera lo recibe directamente.[cita requerida] Cabe destacar que al menos en Santiago no tienen presencia en comunas del barrio alto (o de clase alta), siendo Providencia la única excepción.
Caricatura alusiva al
Café con piernas
chileno y sus parroquianos.
Mapa de
Santiago centro
. En tono rosa la zona más característica de
cafés con piernas
.