Cabrillas[1] (también conocido como epostracismo,[2] hacer patito, hacer la rana, hacer sapito o la chata) es un pasatiempo practicado al menos desde tiempos de la Antigua Grecia, pues Homero escribió sobre él, y cuyo objetivo es lanzar un guijarro contra la superficie del agua de forma que rebote una o más veces.
No basta con que la piedra tenga la forma de un elipsoide o disco plano, además debe ser lanzada de forma que la parte plana quede aproximadamente paralela a la superficie del agua.
La altura del lanzamiento debe ser tan baja como resulte posible, e idealmente el punto de partida no debe estar mucho más alto que la superficie del agua.
La ventaja de la rotación es la misma que en las peonzas, ya que mientras ningún movimiento perturbe el par de giro, la rotación permanece inalterada y estabiliza el proyectil.
De no ser por la rotación, pequeñas perturbaciones tendrían un mayor efecto y la piedra empezaría a tambalearse, tropezar y se sumergiría antes de tiempo.