Es conocido localmente por ser el único recinto penitenciario boliviano categorizado como de máxima seguridad.
[1] Inaugurado en 1992 durante el gobierno de Jaime Paz Zamora, se anunció su capacidad como apta para 330 reos, en 2023 se registraban más de 600 y muchas de las áreas destinadas a la rehabilitación y desarrollo de tareas de los reos se habían transformado de forma precaria en nuevas celdas.
[7][8] En 2021 el Ministro de Gobierno Eduardo del Castillo mencionó que el penal tenía un 374% de hacinamiento.
[9]Hasta 2023 se registraron al menos 34 personas recluidas fallecidas en el interior de la prisión en diferentes circunstancias, incluidas agresiones entre reos, golpizas atribuidas a torturas policiales y suicidios que fueron cuestionados por los propios reos y los familiares de las víctimas.
[10][11] Muchos de los problema denunciados en el centro penitenciario son comunes a todo el sistema boliviano, son de conocimiento de las autoridades locales, y han sido observados en reiteradas ocasiones por observadores locales e internacionales relacionados con la seguridad y con la Defensa de los Derechos Humanos.