La visión binocular humana produce dos imágenes (una para cada ojo) que luego se mezclan en el cerebro creando la imagen 3D.
Los ojos humanos están separados 65 mm el uno del otro (hombre promedio), cada ojo ve una imagen, que aun siendo parecidas, tienen distintos ángulos.
El primer sistema es el más universal y permite capturar fotografías a partir de 1,5 metros.
No es novedad que lupas y microscopios de precisión utilicen visión estereoscópica.
Zeiss cuenta con sistemas de microcirugía tridimensional, como el MediLive 3D, del que ya existen referencias sobre sus ventajas aplicado a la oftalmología.
También se utiliza para visualizar imágenes o modelos del interior del cuerpo humano, a partir de imágenes reales obtenidas mediante TAC (Tomografía asistida por computador) o RMN (Resonancia Magnética Nuclear).
Técnicas como la radiografía estereoscópica permiten situar claramente cuerpos extraños o anomalías en el interior del paciente.
Las cámaras 3D digitales no profesionales recientemente comercializadas tienen diversa estereobase, la cual determina (conjuntamente con la distancia focal equivalente en 35 mm) la mayor o menor profundidad y con ello la distancia mínima del objeto más cercano.