Es fácilmente reconocible por su corpulento cuerpo, en relación con su estatura y envergadura.
Las amenazas más comunes para el busardo son la caza ilegal, la destrucción de su hábitat natural, envenenamientos, choques con vehículos motorizados, inanición y depredación por otros animales.
Esta ave solitaria defiende su territorio, en el cual permanece durante todo el año.
Los huevos son incubados durante 38 días por la hembra, mientras el macho se preocupa de la caza.
Después de la incubación, la hembra permite al macho visitar a las crías solo para alimentarlos.