Burbuja financiera e inmobiliaria en Japón

La mecánica del proceso consistía en revalorizar las acciones de una empresa determinada a partir de sus propiedades inmobiliarias, y esa revalorización se empleaba para comprar más bienes inmuebles.Sólo el entorno metropolitano de Tokio tenía el mismo valor que todo Estados Unidos, y un distrito de la capital (Chiyoda-ku) valía más que todo Canadá.Una sola empresa japonesa (Nomura Securities) valía más que todas las casas de bolsa norteamericanas.En general, se piensa hoy día que los altos valores bursátiles ocultaban una muy baja rentabilidad de las empresas.Dado que las acciones tenían como garantía los bienes inmuebles, el sistema financiero entró en una grave crisis.[4]​ El modelo económico japonés explicaba, a ojos de los occidentales, la prosperidad del país asiático.La economía japonesa estaba fuertemente influida por los valores culturales del confucianismo, el taoísmo y el budismo.Por otro lado, la estructura empresarial japonesa no se parecía a la occidental.Los «keiretsus» tenían como principal defecto su escasa transparencia financiera (lo que, al parecer, sería determinante para la crisis posterior).Al periodo se le conoce en japonés como década perdida (失われた10年, ushinawareta jūnen?).
Evolución histórica del índice del precio de suelo en 6 grandes ciudades de Japón (1965-2008).