De esta forma, estos grupos (también llamados a veces Task Force) se constituyen en pequeñas flotas y colocan a cualquier armada que cuente con ellos entre las más potentes del mundo, no solo por el buque, sino por la escolta que lo acompaña.
No obstante, una máquina de semejante porte acarrea muchos problemas a las armadas donde sirven.
La Primera Guerra Mundial resucitó la idea de realizar asaltos anfibios sobre la costa enemiga con medios especiales.
Así en Inglaterra se diseñó y fabricó la barcaza K para el asalto al Estrecho de los Dardanelos.
La Segunda Guerra Mundial vio un nuevo diseño británico, el Landing Ship Tank (LST), para descargar rápidamente tanques y otros vehículos.
Este tipo de buque anfibio fue desarrollado durante la Segunda Guerra Mundial, siendo fundamental en los desembarcos.
Los primeros LSD fuero construidos en los Estados Unidos, a mediados de la Segunda Guerra Mundial.
El LSD podía transportar 36 lanchas LCM a una velocidad de 16 nudos.
Con estos diseños la US Navy abandonó los transportes de ataque en donde los soldados embarcaban a las lanchas desde redes tendidas en el costado del barco.
Con los años los buques de transporte de anfibios (LPD) vieron como aparecían los buques LHA (Landing Helicopter Assault) y LHD (Landing Helicopter Dock) para realizar la misma misión.
Con la guerra fría los LPD fueron reemplazando a las diversas clases de buques anfibio que existían.
Las principales marinas del mundo acabaron contando con buques LPD, muchos de ellos inicialmente ex-US Navy.