Es semejante en su diseño a la corneta natural, pero de menor tamaño.
También cuenta con una embocadura en forma copa y un pabellón acampanado.
Sin embargo, algunos clarines tienen una válvula que baja una cuarta la afinación.
En Perú, el clarín tiene una gran longitud, llegando a tener hasta 4 metros de largo.
El clarín cajamarquino o "Qewayllo" se toca principalmente en la fiesta de carnaval.