Botica de la calle Mayor
Para 1856, Benito Picó había hecho demoler el edificio y construir una botica para su hijo Eduardo Picó y Bres (1829-1902), quien el año anterior había obtenido el doctorado en Farmacia por la Universidad de Madrid.Eduardo Picó convirtió el establecimiento en un centro desde el que participaba activamente en cualquier emergencia sanitaria de la ciudad, además de dar cobijo a actividades artísticas, científicas y políticas.A nivel artístico sirvió de plataforma para el pintor Manuel Ussel de Guimbarda o el poeta José Martínez Monroy, mientras que en el campo político destacó que en la farmacia se formara la organización progresista llamada «Sociedad de los Burros», que llegó a sobrepasar los 500 tertulianos.Sin embargo, el proceso se vio paralizado por la intervención del director general de Cultura Miguel Ángel Centenero, quien retuvo el documento según consta en una anotación del expediente DGC 292/98 que expone: «el expediente lo tiene el director general desde el día 13/09/1999 cuando se le pasó para su firma la incoación del edificio y el mobiliario de la farmacia».Sin embargo, y ante la falta de actuaciones por parte del consistorio para cumplimentar aquella moción, la familia puso al año siguiente los enseres en venta a través de un portal en internet, en una decisión que hizo movilizarse a asociaciones patrimonialistas como Daphne, que consiguió convencer a sus titulares de aplicar una moratoria que permitiese al Ayuntamiento tomar posesión de los muebles.