Bordado de oro matizado

En los parajes sombríos, las puntadas de seda se tocan y ocultan absolutamente el oro, que solo se deja ver para los medios colores del grueso de la seda entre cada punto, degradando así las medias tintas y dejando más oro descubierto a proporción que se quieren aumentar los claros, hasta que ya no se vea sino un lejos con sedas muy finas y claras.

Las carnes se hacen todas de seda floja en dirección contraria al oro con puntos enjabados muy finos.

Los cabellos y la barba se bordan dando vuelta también con puntos enjabados (esto es, que el segundo entra en el primero), según la dirección indicada por los rizos y las ondulaciones.

El efecto que resulta es rico y brillante.

El perfilar en estas obras las molduras o bordes del ropaje con formación esto es, entorchado o cordón grueso de oro, como lo han hecho los bordadores del siglo XVII, es salirse o apartarse absolutamente de la especie o calidad de que hablamos.