En su juventud fue nombrada dama de honor de la reina María Teresa siendo descrita con una gran belleza, una voz angelical además de ser muy coqueta, alegre, ingeniosa y frívola, rápidamente se convirtió en la amante real del rey Luis XIV (1665-1667) Bonne acudía a cada fiesta en Versalles con vistosos y llamativos vestidos haciendo gala de su elegancia y frescura natural también tuvo la ocasión de sentarse al lado del rey en diferentes ocasiones dejando a Luisa de la Vaillere en un segundo plano.
Ella era una gran rival para Luisa de La Vallière pudiendo quitarle el puesto de amante real pero regresó a París obligada por su familia ya que esta no veía bien que tuviera tal relación.
Incapaz de volver, se casó con el marqués Michel Sublet conocido con el apodo de Grande louve (Gran lobo).
A pesar de que el rey tomó como amante a Madame de Montespan, Bonne se mantuvo como amiga del rey.
Cinco años más tarde, a petición de Madame de Maintenon, entonces amiga del rey, se le permitió volver a la corte.