El amigo de Gérôme, Frédéric Masson, que había viajado con él a Egipto y que se convirtió en un respetado biógrafo de Napoleón, describió esta pintura, señalando"el cálido soplo del viento... el calor y la arena ardiente que ciega a los oficiales de su estado mayor... la niebla dorada levantada por el jamsin... la espantosa lasitud que se apodera de los hombres mejor entrenados, salvo aquellos que han obligado al cuerpo a ser dócil esclavo de la mente.…[Napoleón] duda entre las dos mitades del mundo que tiene en sus manos; reflexiona sobre el destino de Alejandro, de César... Inconsciente del sufrimiento, ¡su sueño abraza el universo!"[5]Bonaparte en El Cairo, descrito como pendant de Bonaparte ante la Esfinge, probablemente fue pintado al mismo tiempo; Las pinturas son del mismo tamaño y se vendieron juntas a Hearst.Existe, sin embargo, un detalle erróneo: cuando Napoleón vio la Esfinge de Guiza, solo asomaban la cabeza y cuello, ya que los hombros y cuerpo aun no habían sido desenterrados de la arena.La versión original del Salón fue comprada por el Estado francés para el Luxemburgo y, algo inusual para una obra única comprada, fue reproducida posteriormente en tres tamaños por Siot-Decauville.La fundición ejecutó algunas de estas reproducciones en policromía pintada en frío.
La fama de la imagen de Gérôme queda demostrada por esta caricatura de la revista
Life
del 27 de febrero de 1908, que la recrea con el presidente
Theodore Roosevelt
como la Esfinge.