Esto permite que se lance a una distancia del objetivo en lugar de justo sobre él, lo que permite un ataque exitoso sin exponer el avión de lanzamiento a las defensas aéreas cercanas al objetivo.
La única contramedida eficaz es interceptar los aviones de lanzamiento antes de que se acerquen al alcance, lo que convierte a las bombas planeadoras en armas muy potentes cuando las exigencias de la guerra lo impiden.
[2] Las bombas deslizantes de la Segunda Guerra Mundial, como las alemanas Fritz X y Henschel Hs 293, fueron pioneras en el uso de sistemas de control remoto, lo que permitió que el avión controlador dirigiera la bomba a un objetivo preciso como una forma pionera de munición guiada con precisión.
Los sistemas modernos son generalmente autoguiados o semiautomáticos y utilizan designadores GPS o láser para alcanzar su objetivo.
El término "bombardeo planeador" no se refiere al uso de bombas planeadoras, sino a un estilo de bombardeo en picado en ángulo poco profundo.