Fue aproximadamente hacia 1948 cuando se empezaron a hacer las primeras casas en los barrancos de la zona.
Los terrenos, divididos en enormes cortijos propiedad de la familia Carballo primero, y de los Sierra después, comenzaron a ser vendidos a la gente que, por aquel entonces, habitaba en las cuevas ubicadas en dicho barranco.
El nombre de Bola de Oro, según los propios vecinos, se remonta a 1940, momento en el que se celebraban los carnavales en una gran explanada situada en la parte más alta del barrio.
De ser un lugar tercermundista se pasó a asfaltar el terreno, poner los darros o el alumbrado en la vía pública.
Fue Don Pedro Manjón quien la trajo aquí, concretamente, hasta la plaza que después se bautizó con su nombre.