El boggart es una criatura mitológica de origen celta-anglosajón generalmente vista como un duende travieso y que causa problemas en una casa.
Tal parece que les gusta salir de noche y en ocasiones son espíritus domésticos, en este último caso, se dice que se esconden generalmente en lugares oscuros, como roperos, debajo de las camas, en áticos o sótanos.
Se dice que entre las cosas que gustan hacer se incluye el esconder cosas, agriar la leche, asustar a los perros y otros animales domésticos y, según algunas versiones, cosas más graves como asfixiar a los bebés en sus cunas,[3] su apariencia usualmente se descubre como la de un gnomo o enano y sigue a los dueños de una casa aunque se cambien de residencia.
La primera vez que aparece un boggart es en Harry Potter y el prisionero de Azkaban.
En El séptimo hijo (2015) el protagonista, Thomas Ward, encuentra un boggart, que en la película aparece físicamente representado similar a un troll ciego.