Boca de Potrerillos

Domina allí el paisaje desértico con muy poca o ninguna fuente de agua con la vegetación típica del área: cactáceas.

[2]​ El tamaño del sitio y la profundidad de sus depósitos, entre otros, han dificultado una exploración adecuada.

Otras especies identificadas como Acacia, Sauce, Encino y Pino no se encuentran en la zona en la actualidad.

Para la sociedad azteca de lengua náhuatl los grupos que habitaron esta región fueron llamados chichimecas para referirse a ellos como salvajes.

Dentro de su vida nómada, estos grupos seguían un itinerario más o menos regular a lo largo del año y volvían a ciertos centros como Boca de Potrerillos cuando el clima y el momento eran favorables para estas actividades.

Ya para fines del siglo XVIII cualquier grupo indígena relacionado con este centro arqueológico había desaparecido.

Sin descartar que otros grupos, emparentados o no a estos, hayan tomado parte en la elaboración de los petrograbados.

Estas cuatro secciones albergan aproximadamente tres mil petrograbados con diferentes técnicas de ejecución y estilo.

El antropólogo William B. Murray clasifica los grabados en 5 categorías: Los arqueólogos disciernen sobre el propósito del arte rupestre en Boca de Potrerillos.

Gracias a su reflexión se vislumbra el significado y los propósitos de los diseños rupestres.

Para la arqueóloga Denise Carpinteyro Espinosa, del Instituto Nacional de Antropología e Historia, Centro INAH, Nuevo León, los petrograbados han sido estudiados por Moises Valadez y hacen referencia a las ideas astronómicas y a la vida cotidiana de los grupos humanos que habitaron Boca de Potrerillos hace 7000 años.

[4]​ Sistema desarrollado en 2005 para Boca de Potrerillos, desde ese año hasta la fecha se han registrado ya cuatro mil rocas con grabados.

[5]​ El sistema se basa en un mapa de geoposicionamiento satelital que fue dividido por retículas.

PETROGLIFO EN BOCA DE POTRERILLOS.
PETROGLIFO EN BOCA DE POTRERILLOS.
Petroglifo en Boca de Potrerillos