Bobby Greenlease

Sus secuestradores, aun así, no tenían ninguna intención de regresarle a su familia.

El multimillonario Robert Greenlease hizo su fortuna al introducir los vehículos de General Motors en las Grandes Llanuras a principios del siglo XX.

Según el autor John Heidenry, cuyo libro Zero at the Bone: The Playboy, the Prostitute, and the Murder of Bobby Greenlease es un relato del caso, la secuestradora Bonnie Heady dijo que desde el momento en que apareció en su escuela diciendo ser su tía para llevarle porque su madre se había puesto enferma, Bobby simplemente tomó su mano e hizo todo lo que se le dijo que hiciera.

Los secuestradores eran alcohólicos y adictos a los narcóticos que vivían juntos en las cercanías de St.

Hall, nacido en una familia acomodada pero que dilapidó su herencia cayendo en el alcoholismo y la delincuencia, había planeado durante años victimizar a la adinerada familia de su antiguo compañero de clase.

Entonces se lo llevó y la monja, preocupada por la salud de la señora Greenlease, llamó a casa para interesarse.

Ella misma atendió el teléfono y así se descubrió la mentira.

Aun así, O'Day echó un vistazo al dinero del rescate y decidió desviar el suyo.

Bobby Greenlease fue más tarde enterrado en un mausoleo en el Forest Hill Cemetery en Kansas City, Misuri.

Fotografía de Carl Austin Hall