A Christmas Carol
La redacción y difusión del libro se llevó a cabo durante la época victoriana, en la que prevalecía una sensación de nostalgia por las antiguas tradiciones navideñas,[7][8] y en la que comenzaban a introducirse costumbres como los árboles de Navidad.[13][14][15] A grandes rasgos se puede considerar el relato como una condena de la avaricia, aunque también son posibles otras interpretaciones.Sin embargo, su situación se agravó con el encarcelamiento de este último en 1824 en Marshalsea, una cárcel situada en Southwark, Londres.Sumado a lo anterior, ciertas obras literarias como Some Ancient Christmas Carols, With the Tunes to Which They Were Formerly Sung in the West of England (1823), escrita por Davies Gilbert y la colección Christmas Carols, Ancient and Modern (1833), de William Sandys, acrecentaron el interés en la temática.[22][23][24] Aunque la predilección de Dickens por los festejos navideños data de Christmas Festivities —un texto publicado en Bell's Weekly Messenger (1835) y luego renombrado como A Christmas Dinner para su difusión en Sketches by Boz (1836)—,[25] lo cierto es que no fue el primero en abordar las tradiciones navideñas inglesas en la literatura.(1819-1820), cuando este hizo alusión a la nostalgia de las Navidades pasadas como medio para recuperar la armonía social que se había perdido en la época contemporánea.[30] Su percepción empeoró tras una visita a una escuela mantenida por la caridad, en la que se hacinaban niños hambrientos y analfabetos que vivían en las calles;[31] su asistencia a una cena de beneficencia para la enfermería de Charterhouse Square, donde criticó a la gente adinerada como «ganado elegante, babeante, sobrealimentado, apopléctico»;[32] así como por la lectura del Second Report of the Children's Employment Commission (Segundo informe de la Comisión del Empleo Infantil, 1843), un informe parlamentario en el que se expusieron los efectos de la revolución industrial en los niños pertenecientes a la clase obrera.[11][6] Para finales de 1842 Dickens era ya un autor reconocido que había escrito seis obras notables,[nota 1] así como varias novelas, relatos cortos y otros trabajos.Adicionalmente, sus editores Chapman & Hall amenazaron con reducir sus ingresos mensuales a cincuenta GBP si las ventas seguían en declive.Se describe a Scrooge como un trabajólico solamente interesado en ganar dinero, «duro y agudo como un pedernal que ningún eslabón logró jamás sacar una chispa de generosidad; [...] secreto, reprimido y solitario como una ostra», cuya personalidad le impide, por ejemplo, aceptar la invitación de su sobrino para cenar con él y su familia el 25 de diciembre, o realizar donativos para los pobres.Así, su antiguo colaborador se presenta como un alma mensajera para advertirle igualmente del arribo de otros tres fantasmas (espíritus) esa misma noche con el fin de «evitar un destino» como el mencionado anteriormente.[44] La novela es protagonizada por Ebenezer Scrooge, un prestamista británico cuya personalidad pudo haberse originado en los sentimientos que Dickens tenía por su padre, a quien amaba y odiaba al mismo tiempo.[10] Otras posibles influencias para Scrooge podrían haber sido el parlamentario John Elwes y Jemmy Wood, propietario del Gloucester Old Bank, que era conocido como el «tacaño de Gloucester».En la tumba Dickens confundió el término mealman («comerciante de comida») por mean man («hombre avaro»).[57] Con respecto al nombre de Marley, Dickens se basó en un cartel que rezaba «Goodge and Marney» y que estaba instalado en el local de un comerciante, cerca del domicilio del escritor.[71][nota 9] Para autores como Kelly, A Christmas Carol contiene una «visión secular de este día festivo sagrado»,[73] que sirve para mostrar la «filosofía del villancico, los puntos de vista joviales, una anatomización aguda de las bobadas, un humor bueno y alegre [...] y una serie de referencias brillantes, cordiales, generosas, alegres y radiantes al hogar», en la opinión del académico John O. Jordan, que basó su hipótesis en una carta escrita previamente por Dickens a su amigo John Forster.[20] Dickens retomó la obra en varias ocasiones para corregir ciertas expresiones y errores de puntuación.Su popularidad lo inspiró a escribir otras historias navideñas tales como Las campanas (1844), El grillo del hogar (1845), La batalla de la vida (1846) y El hechizado (1848), en cuyas tramas se aborda la conversión secular y se alude a los cambios sociales de ese entonces, con especial énfasis en las problemáticas existentes.Si bien gozaron de una ávida aceptación por parte del público, por otro lado la recepción crítica se mostró más severa con los resultados.[91] The Illustrated London News resaltó la forma en que «la impresionante elocuencia [de la historia ...], su contagiosa alegría, su humor jocoso y brillante, su apacible espíritu humano» brindan al lector una sensación «de buen humor consigo mismo, con la época y con el autor».[96] Tras el fallecimiento de Dickens, Margaret Oliphant criticó ciertos aspectos del texto, aunque admitió que en su época la obra era considerada como «un nuevo evangelio» capaz de «conseguir que la gente se comporte mejor».En su texto sugirió una reimpresión en papel económico para que el precio resultara más asequible.[109][105][107] Asimismo, desde su publicación varios escritores han redactado historias navideñas similares, entre los cuales figuran W. M. Swepstone —Christmas Shadows (1850)—, Horatio Alger —Job Warner's Christmas (1863)— y Louisa May Alcott —A Christmas Dream, and How It Came True (1882)—.Además de los anteriores formatos, existen transmisiones radiofónicas —para la BBC Radio (1923), CBS News Radio (1975), WNBC (AM) (1977-1987), Enfoque a la Familia (1996) y BBC Radio 4 (2008)—;[138] ópera y ballet —por Ján Cikker (1958),[139] Thea Musgrave (1978),[140] Northern Ballet (1992),[141] The Ulster Ballet Company of Saugerties (1994),[142] Jon Deak (1998);[140] y Iain Bell (2014)—;[143] mimo —protagonizada por Marcel Marceau—;[14] novelas gráficas —de Marvel Classics Comics (1978) y Zombies Christmas Carol (2011), ambas de Marvel Comics—;[144][145] una tira cómica en FoxTrot (2009);[146] además de ser referido en otras varias producciones tales como las películas A Carol for Another Christmas (1964),[147] Ghosts of Girlfriends Past (2009) y Christmas Cupid (2010);[148][149] las series de televisión Bewitched —en su episodio «Humbug not be Spoken Here» (1967)—,[150] El fantasma y la señora Muir —«The Ghost of Christmas Past» (1969)—,[151] La extraña pareja —«Scrooge Gets an Oscar» (1970)—,[152] Los Supersónicos —«A Jetson Christmas Carol» (1985)—,[153] Alvin and the Chipmunks —«Merry Christmas, Mr.¡tonterías!»—, que se introdujo en el léxico anglosajón como una reacción ante algo sentimental o demasiado festivo.[162] En la Gran Bretaña de comienzos del siglo XIX, las celebraciones navideñas iban asociadas con la vida campestre y no resultaban tan comunes en las urbes industrializadas.[168] Ruth Glany, docente de literatura inglesa, sugirió que la obra tuvo un notable impacto especialmente en las lecturas individuales.[16] Por ejemplo, el público victoriano habría percibido el relato como una parábola espiritual y secular, mientras que a comienzos del siglo XX esta percepción cambió por completo y se convirtió en una historia para niños transmitida de generación en generación.[16] Cabe resaltar que las versiones cinematográficas de Reino Unido y los Estados Unidos tuvieron diferencias importantes en la década de 1930; las películas británicas difundían el relato tradicional, mientras que las estadounidenses le dieron un rol más importante a Cratchit, rehuyendo la depresión causada por los banqueros europeos y celebrando lo que Davis define como «las Navidades del hombre común».