El blocao (del alemán blockhaus) es una pequeña fortificación de madera y sacos terreros, que se desarma y puede transportarse fácilmente para armarlo en donde mejor convenga.
Los blocaos fueron ampliamente utilizados por las tropas españolas en las campañas del Rif en Marruecos durante el primer tercio del siglo XX.
Defendidos por efectivos muy reducidos, los blocaos constituían posiciones avanzadas que protegían, en primera instancia, a los campamentos diseminados por el territorio, en los que se concentraban el grueso de las unidades y el material militar.
Este tipo de fortificación era sumamente vulnerable, ya que sus defensores permanecían aislados del resto de la tropa, comunicados con sus unidades únicamente mediante heliógrafos, con provisiones limitadas y, generalmente, con problemas para abastecerse de agua.
En ocasiones eran los propios nativos quienes solicitaban y obtenían la creación de un blocao en el lugar por ellos designado, alegando la necesidad de protección frente a otras cabilas (tribus) hostiles a la causa española.