En 1955 triunfa con la obra La Celestina, donde interpreta el papel protagonista a las órdenes de Salvador Salazar.
Por este papel obtuvo el Premio Internacional de Teatro de Erlangen (Alemania) en 1955 y elogiosas críticas en España, Italia y Alemania.
Su carrera sobre las tablas incluye títulos como La desconocida de Arrás, La visita inesperada, La venganza de Don Mendo, La marquesa Rosalinda, La ratonera, Las de Caín, No hay novedad, Doña Adela,El cántaro roto o El amor es un potro desbocado.
Su trayectoria cinematográfica no fue muy amplia, mereciendo mención su participación en Marcelino, pan y vino (1955) y La residencia (1969), de Chicho Ibáñez Serrador, Los caballeros del botón de ancla o Redondela.
La decente (1971) Mucho más abultada fue su carrera en la pequeña pantalla, con decenas de títulos en series y espacios de teatro televisado, como Estudio 1.