El peso muerto de los motores de refuerzo resultó en una velocidad inferior a la normal y, en consecuencia, el sistema de guía no generó la señal SECO (Second Engine Cut-Off ) planificada en T + 270 segundos porque no se habían alcanzado la altitud y la velocidad requeridas.
Todas las válvulas permanecieron abiertas, provocando un empuje residual del motor y golpes en la cápsula Mercury después de la separación.
Se descubrió que el Mercury repetitivo, que había aterrizado a unas 500 millas antes del punto objetivo, había sobrevivido a la misión en buenas condiciones y verificado el escudo térmico ablativo.
El Atlas no había podido organizar su sección de refuerzo y el rendimiento general del vehículo era bastante marginal.
Sin embargo, la moral de Convair pronto se elevó con el exitoso lanzamiento del Atlas-12D desde la Base de la Fuerza Aérea Vandenberg en la Costa Oeste, seguido por la declaración oficial del vehículo como "operativo".