No era infrecuente, además, que los lectores con formación pudieran leer latín, castellano y varias lenguas romances.
Los libros no están expuestos al público y su acceso se encuentra restringido, pero pueden consultarse en el sitio web de la Biblioteca de Extremadura.
[1] Tienen en común que todos ellos difícilmente pudieran circular libremente en la España del siglo XVI d. C., pues unos están en el Index librorum prohibitorum del Inquisidor General Fernando de Valdés, que se promulgó en 1559, y uno de los manuscritos es de tema abiertamente erótico y explícito en cuanto a las relaciones homosexuales.
Si existe un rasgo que define a esta colección es su heterogeneidad temática y su condición suspecta.
En su interior esconde un misterioso círculo que contiene la estrella de David y la palabra “tetregrámaton” (forma críptica del tetragrammaton que designa el nombre de Dios en hebreo).