Debido a las secuelas de una poliomielitis Bartosch sufrió durante toda su vida una discapacidad motriz que le dificultaba la marcha.
Desafortunadamente, las figuras de Masereel que eran muy bellas en el papel impreso (la impresión era xilográfica) resultaban muy pesadas para llevarlas a la pantalla y era difícil animarlas.
Durante los tres años que trabajó en Berlín, Bartosch había desarrollado una construcción similar en conjunto con Lotte Reiniger y Walter Ruttmannn.
Además es probablemente la primera película musicalizada utilizando un instrumento electrónico: Arthur Honegger compuso la música para Ondas Martenot.
Franziskus o Träume und Albträume («Sueños y pesadillas»), obra que sin embargo desapareció desde la Cinémathèque Française durante la ocupación de París por los alemanes.