En 1945 jugó un papel fundamental para que la Carta de las Naciones Unidas mencionara a las mujeres.
Fue elegida suplente como diputada federal en 1934, después de no ganar en dos elecciones.
Sus principales banderas de lucha fueron los cambios en la legislación laboral con respecto al trabajo femenino e infantil, e incluso la igualdad de remuneración entre varones y mujeres.
En 1937, con el golpe del Estado Novo, Getúlio Vargas clausuró ambas Cámaras, haciéndole perder su mandato.
Como embajadora de Brasil en dicha conferencia Lutz jugó un papel fundamental en que la carta mencionara explícitamente a las mujeres.