Al año siguiente se desencadenó la Revuelta de los Mariscales, protagonizada por Saldanha y Terceira contra su gobierno, pero Sá da Bandeira consiguió sofocarla.
Durante esta época ya se había iniciado el sistema del rotativismo, que caracterizaría a la monarquía constitucional hasta su fin -una sucesión estable de los principales partidos en el poder.
La monarquía constitucional portuguesa, en la práctica, se afirmó esencialmente como un sistema oligárquico; por eso la tendencia es que tanto los políticos regeneradores como los históricos buscasen sus apoyos en la clase media-alta burguesa.
Al frente de este nuevo partido volvería a ser primer ministro durante un breve período, entre 1868 y 1869.
Sá da Bandeira se convirtió por quinta y última vez, en jefe de gobierno.
Organizó elecciones y ofreció el poder al independiente António José de Ávila, que no obstante, tendía a la alianza con el Partido Histórico.