Bernardo Moreno de Pedrajas

Ya en su infancia demostró poseer gran inteligencia, así como sentimientos piadosos.

Su aplicación al estudio, su natural bondadoso y su trato afable le granjearon el aprecio de sus vecinos e hicieron concebir a sus padres esperanzas sobre el porvenir del niño, que se distinguía entre los demás por su talento y nobles acciones.

Mostró también desde pequeño afición a la carrera sacerdotal y le gustaba mucho asistir a los actos religiosos y ayudaba en misa constantemente a su tío, el sacerdote Bernardo Moreno, que fue quien lo bautizó, y por ello, sus padres, al ver que tenía vocación para el sacerdocio, dispusieron que ingresase en el Seminario San Pelagio de Córdoba, en octubre de 1761, cuando contaba 16 años de edad.

También hizo oposición a la beca del colegio de San Antonio de Sigüenza, cuyo patronato ostentaba el Cabildo de Córdoba, obteniendo un triunfo, lo que evidencia la ilustración e inteligencia del sacerdote cordobés, cuya principal aspiración era ejercer su sagrado ministerio entre sus propios vecinos.

Dicho cementerio fue clausurado en 1906, reinando Alfonso XIII, cuando fue inaugurado el actual, ubicado en otra parte de la población.

Tumba del sacerdote Bernardo Moreno de Pedrajas.