[2] Hasta los veintitrés años de edad se empleó con diversos libreros en Nordhausen y Berlín.
Pronto las obras que adquiría y marchaba Quaritch, despertaron el interés de todos los bibliófilos europeos: la Biblia Mazarino, sería adquirida por él en 1884, por ejemplo.
Especialmente llamativo era el número de casi 28.000 títulos que ya recogía su catálogo en 1888.
Su laboriosidad de décadas culminó en los diecisiete volúmenes de su General Catalogue (1887-1897), calificado por bibliófilos y aficionados al libro antiguo como auténtico monumento bibliográfico.
Sus campos de interés fueron variadísimos: Historia natural, Bellas Artes, publicaciones periódicas, Orientalia, libros de viajes, arqueología, incunables, Biblias, literatura inglesa antigua, obras de Shakespeare, cartografía, obras sobre EE UU y también sobre hispanismo.