Atrapado entre las esferas de influencia hitita, que gobernaba el rey Muwatalli II y la egipcia, del faraón Ramsés II, Benteshina optó finalmente por unirse a éste, a diferencia de su predecesor Aziru, vasallo de los hititas.
Su apoyo al faraón en la Batalla de Qadesh (1274 a. C.) y sus refuerzos fueron fundamentales para que éste pudiera librarse de la amenaza hitita y retirarse.
Con su captura, su reino fue confiado a un sustituto, Shapili (o Šapili, 1274-v.1260 a. C.) Benteshina regresó al séquito de Hattusili, y en su reino privilegiado quedó Hakpis.
Cuando Hattusili, durante las luchas por la sucesión al trono hitita tras la muerte de su hermano Muwatalli, logra vencer a su sobrino Mursili III y hacerse con el trono, Benteshina fue generosamente recompensado por su lealtad y coronado de nuevo rey de Amurru.
Sin embargo, una carta conservada indica que poco después el rey ugarita se divorció, enviándola de regreso, para no ejecutarla.