Benito Martínez Abogán
Hasta la edad de 110 años, este longevo, tan haitiano como cubano, jamás se enfermó.Sus médicos dijeron siempre que lo acompañó una maravillosa herencia genética.Se alimentaba fundamentalmente con frutas y vegetales que él mismo cosechaba.Hasta el último suspiro de su vida, Avión (cómo lo llamaban cariñosamente), conservó una asombrosa memoria, lo que atribuyó a su buen humor y no sufrir de estrés.Nunca se casó ni tuvo hijos y sí numerosas amistades.