Tras su divorcio volvió a contraer matrimonio con el diplomático francés Benoît d'Aboville.
Estos cargos le han llevado a vivir entre Nápoles, Roma, París y Bruselas.
[1] En palabras de la autora: la burguesía trabaja y acumula, la nobleza es despilfarradora.
[3] También analizará otros salones, pero todos tienen en común que están dirigidos por mujeres.
[2] Artículos de Benedetta Craveri en The New York Review of Books.