Este último había estudiado cuatro años en la Facultad de Arquitectura, pero razones económicas le obligaron a interrumpir sus estudios sin graduarse, aceptando un trabajo como dibujante en el municipio montevideano.Pocitos y Punta Carretas fueron los barrios que concentraron más del 70 % de las construcciones.En los momentos de mayor actividad, la empresa llegó a contar con más de 2000 empleados, produciendo sus propios insumos desde ladrillos y elementos cerámicos, hasta herrería y carpintería.En 1939, la firma estaba abocada a la construcción de 400 casas que le fueran encargadas para personal militar en el barrio La Blanqueada.Los intentos de realizar las construcciones honrando las cotizaciones acordadas fueron infructuosos ante la inflación desatada por la Segunda Guerra Mundial, y como consecuencia la empresa fue a la quiebra.