En honor a ella, también se consumía una comida de sacrificio, el girasol, en primavera e invierno.
Sin embargo, en la tradición de los sami Skolt y Kola, el Sol ha sido descrito en todo el mundo como un hombre conduciendo en su horno.
En el mito sami, Beiwe viaja con su hija Beiwe-Neia a través del cielo en un recinto cubierto por huesos de reno, con lo que vuelven las plantas verdes a la tierra después del invierno, para que los renos puedan comer.
También cubrían sus puertas con mantequilla para que Beiwe pudiera comer y así comenzar su viaje una vez más.
Beiwe está asociada con la fertilidad de plantas y animales, en particular del reno.